Ontologia medieval

La época medieval se caracterizo por el surgimiento de filósofos cristianos, quienes intentaron acomodar la idea de la Physis a la de Dios. Es decir que para ellos la physis es la creación. La doctrina cristiana se constituyo por dos dogmas principales, el dogma trinitario, en el cual en Dios hay una sola sustancia en tres personas distintas y el dogma cristológico, que distingue una sola persona, Cristo, como hombre y Dios perfecto, unión de las dos naturalezas divina y humana.

Para los escolásticos medievales el objeto propio de la metafísica fue un motivo de gran preocupación y se ocuparon en gran medida de las relaciones entre la metafísica y la teología. Agustín de Hipona reconcilia el pensamiento platónico con el dogma cristiano, esta obra se resume en la sentencia de “cree para entender”, pues la verdad buscada por la filosofía era Dios, y su acción intelectual quien es Cristo. En ontología San Agustín identifico a Dios con Ser, por ser el la identidad, la esencia. Dios es para el la inteligencia que contiene las ideas de las cosas del mundo sensible, esto significa que todas las cosas son obra e inspiración del El.
En esta época se manifestó el problema de los universales, que es la pregunta sobre el tipo y el conjunto de todo aquello que se asume como existente, es el nombre que se le da a un conjunto de cosas que comparten alguna característica, por ejemplo Hombre (cuando no referimos a todos los hombres), caballos, libros, etc. El problema surge cuando no se sabe real la existencia de estos términos. Boecio expreso respecto a esto que lo universal no podía ser sustancia, pues esta es singular (las cosas son singulares), y que lo universal era inmaterial y existía unido y confuso a los accidentes de las cosas (las cosas son universales, sin embargo esta proposición resultaba problemática para los filósofos a la hora de explicar la Trinidad la unidad de tres sustancias en una sola.

           San anselmo y la prueba de Dios


San Anselmo de Canterbury (1033-1109) se hizo famoso por su popular argumento deontológico de la existencia de Dios. El argumento es a priori y utiliza la razón, lo cual se contradice con la esencia de la creencia de Dios, que deriva de la fe y la revelación. Es un argumento circular en el que las premisas y las conclusiones son lo mismo. Creyó conseguirlo de un modo irrefutable en 1078.


  1. Empieza definiendo a Dios: «Pues creemos que [El Señor] es algo tan grande que nada mayor puede ser concebido».
  2. Luego se pregunta si Dios existe: «¿Entonces, acaso no existe tal naturaleza, pues algo ha llevado al insensato a afirmar en su corazón: Dios no hay?».
  3. Intenta demostrar que Dios existe como una idea en la mente: “Mas, indudablemente, este mismo insensato, cuando escucha esto mismo que estoy diciendo —que hay algo tal que nada más grande puede ser imaginado—, comprende lo que escucha, y lo que comprende está en su entendimiento, incluso aunque no comprenda que lo sea; pues una cosa es que algo esté en el entendimiento, y otra es comprender que una cosa es.”


Santo tomas y su filosofia del ser 

El ser en Santo Tomás:


En principio y por la base aristotélica de la metafísica de Santo Tomás el ser es la sustancia. De esta forma, entre el ser y la sustancia como uno, no parece que haya una distinción entre esencia y existencia. Serían diversas formas de afrontar la realidad cuando hablamos de ser cosa o uno, problema que existía en Aristóteles. En los comentarios a la Metafísica de Aristóteles decía que el ser se dice de varias maneras, pero siempre con relación a una misma realidad, que era la sustancia. Todo lo que es es por el ser. Desde este punto de vista Santo Tomás comprende que ser y uno es la misma cosa. Y en relación de la esencia con la existencia también supone lo mismo, ya que si un hombre muere pierde la existencia también pierde la esencia. Por eso las nociones de hombre, ser, uno, sustancia y cosa son lo mismo pero con significados diferentes.

Ahora bien, desde el punto de vista de Santo Tomás la sustancia adquiere alguna transformación. En Aristóteles la sustancia tiene su propia necesidad, es decir, es imposible que no exista, pero para Santo Tomás las sustancias son creadas y por lo tanto son contingentes en su misma existencia. Es Dios el que es la causa de la existencia, con lo que mientras la sustancia aristotélica es de por sí, en Santo Tomás la existencia no es nunca de la esencia de ninguna sustancia del mundo creado. Pero el mundo creado de Santo Tomás significa que es un mundo de sustancias aristotélicas, que en realidad son eternas, con una existencia contingente. El problema está en la comprensión de la corruptibilidad de la esencia de los seres temporales y según Santo Tomás no es así ya que pertenece a los seres compuestos, porque su misma composición trae la descomposición e incluso los elementos que la componen son indestructibles. Por ejemplo, en un hombre muere su cuerpo, pero no la materia de la que está hecho. Con el alma sucede lo mismo. Puede morir pero no así el alma que es inmortal. De esa forma dice Santo Tomás que la composición de sustancia y existencia no es la misma que la de materia y forma. Para él las sustancias intelectuales son incorruptibles, ya que son sustancias simples. No así las sustancias compuestas que son corruptibles en su composición de materia y forma. Por eso dice Gilson que no es la existencia la que hace que las cosas sean corruptibles o incorruptibles, es lo que les hace ser existentes corruptibles o incorruptibles. Por otra parte, la sustancia no es lo que hace las cosas existir, sino que las hace existir o incorruptiblemente en cuanto sustancia simple o corruptiblemente si es una sustancia compuesta. Es la diferencia entre el durar y el ser. El hombre dura por su composición, pero en realidad de lo que se compone, materia y forma son eternas, porque no duran sino que son. Es la forma la que es causa formal de la existencia en cuanto contribuyen a sustancias capaces de existir. Ahora bien, la composición que es el hombre de materia y forma que constituye la sustancia, también hay otra composición que es el de esta sustancia con la existencia.


                         RENE DESCARTES


Descartes trató de aplicar a la filosofia de los procedimientos racionales inductivos de la ciencia, y en concreto de las matemáticas. Antes de configurar su método la filosofía había estado dominada por el método escolástico, que se basaba por completo en comparar y contrastar las opiniones de autoridades reconocidas. Rechazando este sistema, descartes estableció: "En nuestra búsqueda del camino directo a la verdad, no deberíamos ocuparnos de objetos de los que no podamos lograr una certidumbre similar a las de las demostraciones de la aritmética y la geometría". Por esta razón determinó no creer ninguna verdad hasta haber establecido las razones para creerla. El único conocimiento seguro a partir del cual comenzó sus investigaciones lo expresó en la famosa sentencia: Cogito, ergo sum, "Pienso, luego existo". Partiendo del principio de que la clara consciencia del pensamiento prueba su propia existencia, mantuvo la existencia de Dios. Dios, según la filosofía de Descartes, creó dos clases de sustancias que constituyen el todo de la realidad. Una clase era la sustancia pensante, o inteligencia, y la otra la sustancia extensa, o física.


1. - UNIDAD DEL SABER Y RAZON 
En la primera de sus reglas para la dirección del espíritu afirma Descartes: "Todas las diversas ciencias no son otra cosa que la sabiduría humana, la cual permanece una e idéntica, aun cuando se aplique a objetos diversos, y no recibe de ellos más distinción que la que recibe la luz del sol de los diversos objetos que iluminan.". Las distintas ciencias y los diversos saberes, son pues, manifestaciones de un saber único.

Esta concepción unitaria del saber proviene, en último término de una concepción unitaria de la razón. La sabiduría es única porque la razón es única: la razón que distingue lo verdadero de lo falso, lo conveniente de lo inconveniente, la razón que se aplica al conocimiento teórico de la verdad y al ordenamiento práctico de la conducta, es una y la misma.


  • LOS SENTIDOS NOS ENGAÑAN

"La percepción humana es la integración de los estímulos recibidos por los sentidos (ojo, oído, olfato, tacto y gusto) con nuestras experiencias. Cada sentido tiene una parte del cerebro (o varias) encargada de controlarlo; este órgano clasifica los estímulos recibidos según nuestra subjetividad y nosotros los organizamos a través del lenguaje", explica el doctor André Didyme-Dôme, psicólogo máster en comunicación, docente de teorías de la percepción de la Universidad Jorge Tadeo Lozano.
Ese dicho que reza 'nada es lo que parece', resulta ser muy cierto. El doctor explica que "desde la filosofía se plantea que los sentidos nos engañan, pero esto tiene una base biológica. A veces, el engaño es causado por alteraciones o lesiones en los órganos (tumores), otras veces por problemas químicos o eléctricos en el cerebro (enfermedades mentales). También ocurren por el consumo de sustancias psicoactivas que alteran la percepción, como los alucinógenos".
Pero y si no tienes ninguna enfermedad, ni te has metido o tomado nada raro, y sin embargo descubres que los sentidos te engañan, es porque así es. Es más, si no fuera por ese engaño, no tendríamos cine, magia, ni arte.
El cine, por ejemplo, aprovecha una condición natural del ojo para crear la ilusión de movimiento. "El cine se fundamenta en el principio de permanencia de la imagen en la retina. Fue descubierto por Peter Mark Roget, un físico que quedó ciego por tantos experimentos que realizó. Él se dio cuenta de que al pasar varias imágenes en secuencia a una velocidad de 24 a 36 imágenes por segundo, el ojo deja de ver cada imagen por separado y ve movimiento. Una pura ilusión", explica el experto.



                                         LOGICA


 La ciencia que se basa en las leyes, modalidades y formas del conocimiento científico se conoce bajo el nombre de lógica. Se trata de una ciencia de carácter formal que carece de contenido ya que hace foco en el estudio de las alternativas válidas de inferencia. Es decir, propone estudiar los métodos y los principios adecuados para identificar al razonamiento correcto frente al que no lo es.
AristótelesLa etimología permite saber que el término ‘lógica’ tiene su origen en el vocablo latín logĭca, que a su vez deriva del griego logikós(de logos, “razón o “estudio”). El filósofo griego Aristóteles, cuentan los expertos en cuestiones históricas, fue pionero al emplear la noción para nombrar el chequeo de los argumentos como indicadores de la verdad dentro de la ciencia, y al presentar al silogismo como argumento válido.
  La ontologia y la metafísica para kant 

La Analítica de la Crítica de la razón pura puede revelar cómo la ontología de Kant se basa en una naturalización de la física de su época. Kant interioriza la ciencia que le era familiar en las formas puras de la intuición sensible y traduce en las tesis del espacio y del tiempo los logros de la física newtoniana. Pero para demostrar que sus tesis sustanciales son los requisitos indispensables de cualquier experiencia, Kant da pasos en falso que habría evitado de no haber pretendido demostrar a toda costa la trasposición trascendental de las categorías de la experiencia. Todo ello hipoteca el realismo empírico que podría haber concurrido en su obra.
  • La metafísica es decir el conocimiento de la realidad que esta fuera del sujeto es un imposible al menos en los términos crítico           
                           EL SER PARA HEGEL

Con Hegel, el idealismo alemán adquiere su máxima expresión y desarrollo y abre un horizonte de reflexión filosófica que, con su perspectiva y problemática, se arraigó profundamente en el pensamiento filosófico posthegeliano. Indudablemente, Hegel expresa la síntesis última y plena realización conceptual de ese movimiento filosófico que tiene sus raíces en Kant y que continúa ulteriormente en Fichte y Schelling. Esto se puede constatar sin profundizar desde luego en la cuestión al analizar los temas mejor logrados en la filosofía hegeliana una concepción clara de la dialéctica de lo real y una concepción totalizadora del proceso histórico que, de algún modo, ya se venían prefigurando en la problemática pre-hegeliana, especialmente en los autores mencionados. Como escribe E. Terrón, en el “Prólogo” a la Introducción a la Historia de la filosofía de Hegel: “la filosofía de Hegel es la última gran filosofía especulativa. En ella finalizan y se articulan todos los movimientos del pensamiento del pasado. La filosofía de Hegel contiene todos lo momentos del desarrollo del pensamiento… pero superados  y unificados”  

 Husserl y la fenomenología 



Hablar de fenomenología, el movimiento filosófico creado por Edmund Husserl (1859-1938), es casi tanto como hablar de la filosofía del siglo XX, y creo que se pueden apuntar dos razones en apoyo de esa opinión. En primer lugar, si desviamos la mirada de las formulaciones concretas que Husserl dio a sus ideas, son muchos los filósofos de nuestro siglo que han reconocido la influencia de Husserl en un grado mayor o menor. Heidegger fue discípulo directo de Husserl, y de él aprendió un cierto estilo de filosofar, aunque pronto surgieron las diferencias teóricas. Sartre, en los años treinta, descubrió a nuestro autor en Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica, que es la exposición más conocida que Husserl logró de una teoría. La influencia sobre Sartre es notoria. Algunos autores decisivos del siglo XX, como Merleau-Ponty, han pertenecido a la fenomenología. La hermenéutica de Gadamer y Paul Ricoeur encuentra su punto de arranque en Husserl. Y aún podríamos ir más lejos y compartir la tesis que defiende Montero Moliner (en Retorno a la fenomenología) según la cual, para aquellos que entienden de ideas y no de escuelas, la filosofía analítica y del lenguaje participarían del mismo espíritu que la fenomenología. Autores como Strawson, Austin, Searle y Grice son emparentables con la fenomenología sin necesidad de forzar mucho las comparaciones. Más complicada se presenta la opinión de Gerd Brand (en Los textos fundamentales de Ludwig Wittgenstein) según la cual Wittgenstein sería el fenomenólogo por antonomasia. El movimiento filosófico creado por Husserl ha ido extendiéndose y ramificándose con el transcurso de los años. Para hacerse una buena idea de la increíble amplitud del árbol fenomenológico que casi no deja una ciencia ni una disciplina filosófica sin cubrir- puede consultarse con la obra de Bernhard Waldenfels (Introducción a la fenomenología.


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